JAVIER ESPINOSA desde Beirut
10 de noviembre de 2009.- El propio título que eligió el diario Maariv para ilustrar este artículo debería aleccionarnos sobre el potencial desestabilizador que atesoran enclaves como la colonia para judíos de Yitzhar. 'La guía completa para el asesinato de no judío', escribió el matutino israelí en referencia al libro religioso que publicó este lunes el conocido rabino Yitzhak Shapiro, uno de los guías espirituales de ese asentamiento radical situado en las inmediaciones de la villa palestina de Nablus, en Cisjordania.
Según explican los periódicos israelíes, 'Las enseñanzas del Rey' –así se titula el manuscrito- es un compendio de lecciones para estudiantes israelíes en el que se justifica con argumentos teológicos el homicidio de no judíos, incluidos niños y civiles.
Algunos lectores pensarán que se enfrenta a un dislate de este periodista, pero simplemente les voy a citar extractos del texto que también recoge Maariv.
"Cualquier ciudadano de un estado que se oponga a nosotros, que apoya a sus soldados o que expresa satisfacción con sus acciones es considerado un perseguido y puede ser asesinado. También, cualquiera que debilite nuestro estado con palabras o acciones similares es considerado un perseguido", se lee en uno de los párrafos que argumentan a favor del homicidio de no combatientes.
Pero la dialéctica extremista alcanza su clímax cuando Shapiro se refiere a la muerte de bebés, que aprueba al considerarlos 'obstáculos' atrapados en medio de un conflicto. "Se les puede matar porque su presencia ayuda al asesino. Hay justificación para el asesinato de bebés si está claro que al crecer nos harán daño y ante tal situación se les puede hacer daño de forma deliberada, no sólo durante los combates con los adultos".
Para Shapiro la venganza no sólo no es reprobable sino necesaria y defiende que "a veces seamos crueles para crear el adecuado balance de terror".
Como aducía Maariv, "el libro incluye en torno a 230 páginas de leyes (religiosas) relativas al asesinato de no judíos, una especie de guía para cualquiera que se plantee la cuestión de si es o no permisible arrebatar la vida de un no judío".
La distribución de este manual ha generado ya la protesta de algunos políticos y activistas israelíes como el diputado laborista Ophir Pines que exigió una reacción más contundente de la justicia de su país. "Imaginen cual hubiera sido la reacción si un libro hubiera dicho lo opuesto, que está permitido matar judíos", precisó.
Pero a los observadores que siguen la actualidad de Oriente Próximo tampoco les debería sorprender estas opiniones de un personaje y un enclave que se han caracterizado por sus posiciones extremas desde hace años. De hecho, los habitantes de Yitzhar –una población establecida en 1984- ni siquiera reconocen la autoridad de Tel Aviv y abogan por la creación de un estado teocrático bajo el dominio de clérigos como Shapiro.
Recuerdo que ya en abril del 2005 hice un largo reportaje sobre este movimiento fundamentalista judío que despotricaba abiertamente contra Israel y defendía la creación del reino de Judea. Entonces una portavoz de la colonia de Yitzhar me explicó sin reparo alguno que sólo aceptaban la democracia 'para favorecer a los judíos'. "El estado nos lo entregó Dios pero ¿qué hicimos con él?. El niño se ha convertido en un monstruo", sostuvo en referencia a Israel.
Otro rabino, instalado también en otra colonia de Cisjordania, Yosi Dayan argumentó en un perfecto castellano –nació en México- que "no es compatible crear un estado judío y democrático".
Los residentes de Yitzhar y de otras colonias de talante similar han protagonizado repetidos enfrentamientos no sólo con sus vecinos palestinos –algo muy habitual- sino con los propios uniformados israelíes a los que no dudan en llamar 'nazis'.
El riesgo que entraña este fenómeno cada vez más extendido entre los colonos de Cisjordania –que disponen de sus propios grupos paramilitares- estriba en el posible contagio de esta ideología entre los uniformados del ejército regular, una hipótesis sobre la que llevan alertando durante meses los propios medios israelíes y hasta los mandos de las fuerzas armadas.
El pasado mes de octubre un grupo de integrantes de la Brigada Kfir se manifestaron delante de la prensa en contra de la evacuación de asentamientos en un gesto que provocó otra gran controversia en Israel y que concluyó con dos de los soldados en la cárcel durante 20 días.
'Tenemos que asegurarnos que no se arrastra al ejército al discurso político e impedir la creación de facciones dentro de lo militar', advirtió el general Avi Mizrahi.
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